26 feb 2009


Estos ojos que no miden ni comparan,
ni se olvidan de tu cara,
ni se acuerdan de tu cruz.

Este contigo, este sin ti tan amargo.
Este reloj de arena del arenal,
esta huelga de besos, este letargo,
estos pantalones largos
para el viejo Peter Pan.

Este hacerse mayor sin delicadeza,
esta espalda mojada de moscatel.
Este valle de fábricas de tristeza,
esta espuma de certeza,
esta colmena sin miel.

Estos huesos que vuelven de la oficina,
dentro de una gabardina
con manchas de soledad.

[Sabina para Joey]

25 feb 2009

The Raven.


Cierta noche aciaga, cuando, con la mente cansada,
meditaba sobre varios libracos de sabiduría ancestral
y asentía, adormecido, de pronto se oyó un rasguido,
como si alguien muy suavemente llamara a mi portal.
"Es un visitante -me dije-, que está llamando al portal;
sólo eso y nada más."

¡Ah, recuerdo tan claramente aquel desolado diciembre!
Cada chispa resplandeciente dejaba un rastro espectral.
Yo esperaba ansioso el alba, pues no había hallado calma
en mis libros, ni consuelo a la perdida abismal
de aquella a quien los ángeles Leonor podrán llamar
y aquí nadie nombrará.

Cada crujido de las cortinas purpúreas y cetrinas
me embargaba de dañinas dudas y mi sobresalto era tal
que, para calmar mi angustia repetí con voz mustia:
"No es sino un visitante que ha llegado a mi portal;
un tardío visitante esperando en mi portal.
Sólo eso y nada más".

Mas de pronto me animé y sin vacilación hablé:
"Caballero -dije-, o señora, me tendréis que disculpar
pues estaba adormecido cuando oí vuestro rasguido
y tan suave había sido vuestro golpe en mi portal
que dudé de haberlo oído...", y abrí de golpe el portal:
sólo sombras, nada más.

La noche miré de lleno, de temor y dudas pleno,
y soñé sueños que nadie osó soñar jamás;
pero en este silencio atroz, superior a toda voz,
sólo se oyó la palabra "Leonor", que yo me atreví a susurrar...
sí, susurré la palabra "Leonor" y un eco la volvió a nombrar.
Sólo eso y nada más.

Aunque mi alma ardía por dentro regresé a mis aposentos
pero pronto aquel rasguido se escuchó más pertinaz.
"Esta vez quien sea que llama ha llamado a mi ventana;
veré pues de qué se trata, que misterio habrá detrás.
Si mi corazón se aplaca lo podré desentrañar.
¡Es el viento y nada más!".

Mas cuando abrí la persiana se coló por la ventana,
agitando el plumaje, un cuervo muy solemne y ancestral.
Sin cumplido o miramiento, sin detenerse un momento,
con aire envarado y grave fue a posarse en mi portal,
en un pálido busto de Palas que hay encima del umbral;
fue, posóse y nada más.

Esta negra y torva ave tocó, con su aire grave,
en sonriente extrañeza mi gris solemnidad.
"Ese penacho rapado -le dije-, no te impide ser
osado, viejo cuervo desterrado de la negrura abisal;
¿cuál es tu tétrico nombre en el abismo infernal?"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

Que una ave zarrapastrosa tuviera esa voz virtuosa
sorprendióme aunque el sentido fuera tan poco cabal,
pues acordaréis conmigo que pocos habrán tenido
ocasión de ver posado tal pájaro en su portal.
Ni ave ni bestia alguna en la estatua del portal
que se llamara "Nunca más".

Mas el cuervo, altivo, adusto, no pronunció desde el busto,
como si en ello le fuera el alma, ni una sílaba más.
No movió una sola pluma ni dijo palabra alguna
hasta que al fin musité: "Vi a otros amigos marchar;
por la mañana él también, cual mis anhelos, volará".
Dijo entonces :"Nunca más".

Esta certera respuesta dejó mi alma traspuesta;
"Sin duda - dije-, repite lo que ha podido acopiar
del repertorio olvidado de algún amo desgraciado
que en su caída redujo sus canciones a un refrán:
"Nunca, nunca más".

Como el cuervo aún convertía en sonrisa mi porfía
planté una silla mullida frente al ave y el portal;
y hundido en el terciopelo me afané con recelo
en descubrir que quería la funesta ave ancestral
al repetir: "Nunca más".

Esto, sentado, pensaba, aunque sin decir palabra
al ave que ahora quemaba mi pecho con su mirar;
eso y más cosas pensaba, con la cabeza apoyada
sobre el cojín purpúreo que el candil hacía brillar.
¡Sobre aquel cojín purpúreo que ella gustaba de usar,
y ya no usará nunca más!.

Luego el aire se hizo denso, como si ardiera un incienso
mecido por serafines de leve andar musical.
"¡Miserable! -me dije-. ¡Tu Diós estos ángeles dirige
hacia ti con el filtro que a Leonor te hará olvidar!
¡Bebe, bebe el dulce filtro, y a Leonor olvidarás!".
Dijo el cuervo: "Nunca más".

"¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
¿Del Tentador enviado o acaso una tempestad
trajo tu torvo plumaje hasta este yermo paraje,
a esta morada espectral? ¡Mas te imploro, dime ya,
dime, te imploro, si existe algun bálsamo en Galaad!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

"¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
Por el Diós que veneramos, por el manto celestial,
dile a este desventurado si en el Edén lejano
a Leonor , ahora entre ángeles, un día podré abrazar".
Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".

"¡Diablo alado, no hables más!", dije, dando un paso atrás;
¡Que la tromba te devuelva a la negrura abisal!
¡Ni rastro de tu plumaje en recuerdo de tu ultraje
quiero en mi portal! ¡Deja en paz mi soledad!
¡Quita el pico de mi pecho y tu sombra del portal!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

Y el impávido cuervo osado aun sigue, sigue posado,
en el pálido busto de Palas que hay encima del portal;
y su mirada aguileña es la de un demonio que sueña,
cuya sombra el candil en el suelo proyecta espectra.
Y mi alma, de esa sombra que allí flota fantasmal,
no se alzará... nunca más.




Edgar Allan Poe.





And my soul from out that shadow that lies floating on ghe floor,
Shall be lifted... nevermore.






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21 feb 2009

20 feb 2009



Tout le monde est une drôle de personne,
et tout le monde a l'âme emmêlée.

Tout le monde a cherché quelque chose un jour,
mais tout le monde ne l'a pas trouvé.
Mais tout le monde
ne l'a pas
trouvé.

19 feb 2009

Brainstorm.




El patetismo hecho carne.
Y hablando de carne, me gustan los desnudos. Femeninos, por predilección. Las espaldas, si se me permite la aclaración.
Me encanta destrozarme la vista escribiendo una lista de las cosas que me hacen odiarme. O leyendo libros hasta que amanece y la vecina me agradece que deje ya de acariciar papeles.
A veces olvido comer, hablar en inglés o contar hasta tres antes de saltar. A veces olvido que a veces amar es callar.
Ni tampoco gritar ni saltar buscando un culpable cuando, estable, me aúlla en silencio “farfulla”.
Intento pasar desapercibida, me escabullo entre la gente aturdida y huyo a la francesa; y aunque me sienta su princesa prefiero que el cielo esté gris. A veces también olvido dormir.
No me importa si me peina el viento, y me gusta pisar charcos; y aunque la gente vaya en barcos, yo no uso botas si las gotas tocan el piano cuando me tocan.
Respirarle a la oreja y sacarle la moraleja a un mal día que acaba (si juntos) en una algarabía de puntos en las íes y de mejillas como rubíes. Y ya de paso, por qué no, joder, a la mierda los pleonasmos y concuerda un par de orgasmos.
Y salgo a la calle y miro de frente a los ojos a la gente que mira de reojo. Como pasa con las bestias, la música es la única que calma mis molestias (ya sean vaginales o simples pajas mentales).
El patetismo,
hecho carne.








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15 feb 2009

La luz pálida de una de las lamparillas de la habitación baña solo un tercio de ella. Esa luz le dibuja los rasgos más intensos. Y si lo miras desde esa perspectiva, ves cómo el labio superior destaca sobre el inferior.
Si se enfada o está triste, resalta aún más.
Él se levanta de la cama y tú lo miras desde ella. Desnudo, concentrado en lo que hace. Y lo miras. Todo él. Su cuerpo salpicado de luz. De luz naranja. Interior y exterior. La lamparita de la habitación hace juego con la luz que regalan las nubes de las tres y cuarto de la madrugada de Londres. Ves cómo mueve las manos, cómo coge la taza y cómo pone los labios en ella y quieres que te bese en ese mismo momento.
Vuelve a la cama, vuelves a notar su cuerpo desnudo y cómo te tapa con las sábanas asegurándose de que no queda ningún rincón de ti que pueda tener frío. Encajáis brazos, piernas y labios y buenas noches.


Se queda dormido rápido, como después de hacer el amor durante mucho tiempo.

Él está junto a ella, y eso es lo que importa. Sin duda, eso es lo que importa.









[Cómo lloran los violines
cuando no estás]






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11 feb 2009

Hay un par de cosillas que, en este desnivel de mi vida emocional, afectan aún más a mi mente inestable.
Una de ellas es ver a una de mis compañeras con su novio por la residencia.
Otra de ellas es ver a otra de mis compañeras con su novio por la residencia.
Y otra es oír cómo se llaman "cariño" entre sí.
Esperar los resultados del ginecólogo (inglés), eso también me desequilibra.
Intentar cocinarme habichuelas con huevo y que no me salgan como las de mi madre (con esto incluso me entran ganas de llorar).
No saber dónde está la Medfield Surgery cuando una mujer ciega perdida me lo pregunta(esto me hizo llorar).

Soy el patetismo en persona. Soy el verbo (fastidiar) hecho carne.

Pongo la ruedecilla en el número ocho y me quedo bajo el agua caliente hasta que se me pone la piel roja. Entonces salgo de la ducha.
Eso también me hace más inestable. Caber en la ducha. Salir sola de la ducha. Secarme yo sola. Llevar todas las cosas a la habitación, yo sola. Llegar a una habitación que solo huele a mis cosas. Tirar las cosas a un suelo demasiado ordenado. Tirarme a una cama pequeña demasiado grande.









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A la retaguardia.

Las vio por primera vez antes de que cumpliera un año.
Entonces era mi padre (y según él, sigue siendo) su más mejor amigo. Tiene otros, claro está, pero mi padre era su más mejor amigo. Incluso a ratos le atribuía el papel de padre (suyo), aunque no pertenecieran a la misma especie.
Iba con él cuando las vio.
Sabía que podía ir tranquilo cuando paseaba con mi padre. Estaba seguro de eso y se sentía seguro con él.
Pero cuando las vio, la cosa cambió.
Estaba con mi padre, sí. Las miraba desafiante. Con las orejas empinadas y los ojos bien abiertos. (Él siempre lo mira todo, todo, con los ojos bien abiertos. Yo siempre digo que es para verlo todo, todo). Y el pecho hacia adelante, con apariencia de fiero. Siempre pegado a su amigo, claro.
Pero cuando mi padre miró sus patas traseras, vio cómo el perro tanteaba terreno con una de ellas, por si acaso tuviera que echarse a correr.









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10 feb 2009


Hice trampas conmigo misma, como ya sabía que haría.

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8 feb 2009

Broken

...Eva through the Looking-Glass.

...Eva through the Looking-Glass.