11 nov 2009


Tengo mi maleta a medio hacer para el día en que te marches. Un vaso de agua antes de dormir y los pelos que queden en la almohada. Los planes que nunca sellamos y las sorpresas que no te llegué a dar; las canciones que me recuerdan a ti y las cientos de líneas de los libros que me hablaron de ti.

Si te vas, al menos sé que no lo harás cabizbajo.

Me han despertado demasiadas sonrisas tuyas por las mañanas como para que te largues mirando el suelo. Te he hecho reír por tantos rincones que apenas te acordarías de las veces que te hice llorar.

Tú no harás como que no pasó nada, tú vas a poder mirar atrás. En condicional, mejor.

Y no sabrías a dónde ir cuando hiciera frío. ¿No ves que en mis sábanas se está mejor? Te perderías.

O no.

Pero si lo hicieras te mirarías los pies para poder seguirlos desde cerca y te darías cuenta de que ya no piso tu sombra.

Que hay demasiado oxígeno por las calles para una sola persona, que el café sabe mejor cuando es para dos y la cama se enfría antes en una habitación individual.

Pero no te pediré que te quedes. Te pido que seas feliz conmigo.

Quédate.

2 comentarios:

Ann dijo...

No te creas.

Tenemos que hablar, Eva.
A ver si podemos quedar y así me contás tu historia y yo te explico esta, que es tan inesperada como complicada. Y preciosa.

Lo quiero.
Tan simple y tan complejo como eso.
Y ahora estamos... separados. Distanciados.
No sé.

JuLeia Maris dijo...

Hola Eva. Hoy te descubrí, no sé si tarde, no sé si a tiempo. Me gustaron mucho tus letras...
Quisiera leer más de tí.
Me gusta mucho tu estilo, o como se le llame.
Mucha luz!
Juleia.

...Eva through the Looking-Glass.

...Eva through the Looking-Glass.