19 dic 2008

Gelatina de chocolate.


Haciendo una recopilación de la primera parte de mi Erasmus, he llegado a algunas conclusiones que a la mayoría de vosotros no os interesarán pero que a mí, oye, me apetece escribir.

Si mi inglés ha mejorado, yo no me estoy dando cuenta. Eso es
bueno y es malo. Mi alemán, por su parte, no es que haya empeorado, es que ha desaparecido.

Puedo hacer de comer comidas ricas, me gusta experimentar y luego comerme mis resultados, y me gusta cocinar acompañada.
Acompañada, esa es otra. Después de dos años, me doy cuenta de que el problema no estaba en mí. Y eso, no veas, pero me alivia bastante saber que estoy a gusto compartiendo frigoríficos, váteres, duchas, alegrías y penas. Que he llegado a ver a unas amigas como una especie de familia. Creo que la erasmus otra cosa no, pero con esto me ha ayudado un huevo y medio.

Por otra parte, no estoy haciendo fotos. El frío se carga mi cámara, creo.

Y me ha hecho más fuerte. Nos ha hecho más fuertes. Nos hemos presentado a esa parte desesperada de la persona que acaba con la mayoría de las relaciones cuando uno de ellos está de Erasmus, y lo hemos pasado mal. Lo hemos llegado a pasar bastante mal. Yo he tenido insomnio, él simplemente ha estado noches enteras sin dormir (que lo sé yo), hemos llorado y me he quedado mirando la pared durante horas pensando cómo sería si se fuera. Y me he desesperado y no, que sin él no puedo.
Y aquí seguimos, gracias a Dios, al Cosmos, a la Madre Naturaleza o a quien quiera que nos haga ser tan fuertes; en una de nuestras mejores etapas. Un año y medio y nuestro segundo año nuevo juntos.

Soy una compradora compulsiva con una visa llena de dinero erásmico, soy una enganchada del fotolog con debilidad hacia unos nuevos desconocidos que escriben que vaya tela y que escuchan música buena; soy una guiri en términos de papel de regalo, y soy, ante todo, alguien que se ha enamorado perdidamente de Londres pero que necesita perdidamente volver a casa, comerse a besos a la gente, comerse a bocados la comida rica de madre, perrear sola primero y acompañada (cosas pecosas por aquí) después en mi sofá agustito (hace tres meses y medio que no me siento en un sofá) viendo la tele mierda en español, jugar a las peleas con Joey y que me saque de paseo por las tardes como mínimo una hora.
Y vivir en casa, con mi padre siempre riéndose de todo menos cuando no puede escuchar las noticias; con mi madre la sensiblona que se pone aún más sensiblona en Navidad; con una hermana enamorada que la quiero a rabiar; con mi niño pequeñito que no me ha presentado aún a su nuevo amor (su DS) y un perro loco que es más bueno que grande.

2 comentarios:

Noviembre. dijo...

qué gran invento el fotolog.
yo también he conocido a gente increible a través de él =)

Laura dijo...

Yo a ti...y eso si que ha sido un regalo, encontrarte.
Dísfruta el Erasmus...disfruta los regresos...
Vive.

...Eva through the Looking-Glass.

...Eva through the Looking-Glass.