19 feb 2009

Brainstorm.




El patetismo hecho carne.
Y hablando de carne, me gustan los desnudos. Femeninos, por predilección. Las espaldas, si se me permite la aclaración.
Me encanta destrozarme la vista escribiendo una lista de las cosas que me hacen odiarme. O leyendo libros hasta que amanece y la vecina me agradece que deje ya de acariciar papeles.
A veces olvido comer, hablar en inglés o contar hasta tres antes de saltar. A veces olvido que a veces amar es callar.
Ni tampoco gritar ni saltar buscando un culpable cuando, estable, me aúlla en silencio “farfulla”.
Intento pasar desapercibida, me escabullo entre la gente aturdida y huyo a la francesa; y aunque me sienta su princesa prefiero que el cielo esté gris. A veces también olvido dormir.
No me importa si me peina el viento, y me gusta pisar charcos; y aunque la gente vaya en barcos, yo no uso botas si las gotas tocan el piano cuando me tocan.
Respirarle a la oreja y sacarle la moraleja a un mal día que acaba (si juntos) en una algarabía de puntos en las íes y de mejillas como rubíes. Y ya de paso, por qué no, joder, a la mierda los pleonasmos y concuerda un par de orgasmos.
Y salgo a la calle y miro de frente a los ojos a la gente que mira de reojo. Como pasa con las bestias, la música es la única que calma mis molestias (ya sean vaginales o simples pajas mentales).
El patetismo,
hecho carne.








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1 comentario:

Laura dijo...

Uf...ya ves, lo que para unas es patético (tú), para otras es sublime (yo)...

...Eva through the Looking-Glass.

...Eva through the Looking-Glass.